Durante los años 2014 y 2015, la población de Sao Paulo, se vio afectada por una sequía extrema que provocó desabastecimiento de agua potable, impactó en la economía familiar debido al aumento del costo del agua embotellada y afectó la salud de la población por la aparición de dengue. Este tipo de escenarios puede volverse recurrente por dos razones: la primera, debido al cambio climático, ya que se esperan nuevas reducciones en los regímenes de precipitación. La segunda está relacionada a las acciones del hombre, como la baja inversión en los sistemas de acueductos, sistemas de gestión y gobernanza inadecuados e incremento de la deforestación.
Una de las preguntas que guió el trabajo fue: ¿cómo desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático que permitan el mejoramiento del servicio para la población de Sao Paulo considerando también la seguridad hídrica?
La propuesta que se desarrolló estuvo basada en la interacción entre organizaciones de la sociedad civil, la empresa de agua de Sao Paulo y comunidades que conformaron el equipo de trabajo sobre el caso.
El plan de acción incluyó: abrir canales de comunicación con la población para concientizar sobre el uso racional del agua, acordar acciones conjuntas entre el gobierno federal, estatal y municipal y el operador del servicio de agua en Sao Pablo e invertir en infraestructura y tecnología para mejorar los sistemas de acueductos.
Las conclusiones se centraron en la necesidad de concertación de acuerdos de forma constante entre actores involucrados como medio esencial para prevenir que situaciones de sequía extrema vuelvan a repetirse y para lograr cambios en el marco del derecho al agua en el corto y mediano plazo.